La historia no es nada
más que un ciclo, todo se repite ante nuestra inocente mirada. La misma luna
que te vio reír, hoy te ve llorar. El mismo olor a húmeda vida, que antaño era
la fragancia de la alegría, sacude tu olfato cuando menos te apetece vivir, cuando
llueve sobre mojado.
Nada cambia mientras todo
cambia. Vuelves a ver el mismo paisaje que te brindaba la infinita belleza que
tu querías ver, pero sólo quieres verlo destruido. ¿Por qué el mundo no puede
sentir mi rabia?
Luna imperiosa, aquí te
alzas entre mis incertidumbres, déjame apreciar la luz que me guíe hacia la
felicidad. Brilla en mi primer día y muéstrame que el camino correcto es el que
yo quiera recorrer. Muéstrame si estoy en la senda correcta, o si ando en
sentido opuesto.
Huélelo, humedad, la
lluvia, aquí está, cayendo sobre mi inmisericorde, borrando con su fuerza todo
ápice de esperanza, gota a gota, golpe a golpe. Pero quiere ser vencida, quiere
dar paso al sol de mi mirada, a la luz de mis ideas y mis sentimientos.
Yo elegí lo que quise
ser, y yo elijo lo que quiero ser. Yo soy el que recorre este camino en el que
vale la pena llegar hasta el fin, contigo. Lo tengo claro, esta luna, estas
nubes, esta lluvia, vosotros, yo, tú... Todos habéis sido testigos de una
historia que lejos de repetirse, evoluciona hacia mi felicidad, porque la he
alcanzado y sois testigos.
Se puede cambiar la
historia, puedes romper el ciclo, puedes vencer a la lluvia, puedes ser la
fuerza que quieras imaginar, puedes romper muros, puedes abrir mentes, puedes,
simplemente puedes, porque todo cambia mientras nada cambia.
Para ser una de esas pasteladas que en el fondo odio, me gusta mucho, alguien debería mantenerse en esta linea.
ResponderEliminar