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New Ham Times

"A falta de una imagen, buenas son las mil palabras."

Amiga, como tú, ninguna.


Una imagen dictadora y corrosiva.
Una voz ladrona de vida y corazón.
Con un solo sueño me encuentro entre nubes de desolación. 
Porque amor era lo que he perdido al esfumarte de mi ensueño.
Era perfecto, éramos verso, jugando a ver que labios se comen al otro primero.
Coleta sencilla y coqueta, de hilos bañados en oro y secados en tierra.
El Sol reflejado en tu rostro, en tu brillante y cálida hermosura, marcada por lunares y estrellas.
Si por mí hubiera sido, jamás te habrías ido. Realidad moribunda y perdida por tu ausencia.
Y tú no lo sabes, ni siquiera intuyes la brecha tras tu onírica despedida.
Bailando en ese aroma que dejó el quizás, tu nariz tenía ganas de mis mordiscos.
Porque revuelves mis entrañas y las llenas de mariposas de imposibilidad, de mierda repulsiva, de que aunque pudiera, no podría.
Porque es como el agua y el aceite, como un viento que hierve mecido en la orgía de un huracán.
Porque tus besos son diamante y yo vivo debajo de un puente.
Colgado de amores delincuentes, de psicóticas que prefieren la fría bipolaridad, la riña y la tristeza autista, a las brasas de mi cama.
Porque tu risa es la brisa del mar, es la canción del mundo.
Porque, como te vas, vuelves, como un torbellino de ira que no dejará nunca de gritar.
Porque te deseo desde que tu mirada atrapó a la mía, desde que mi alma se ató a tus ojos.
Como un vaquero que vacía su revólver de retórica, me encontrarás batido en duelo, al amanecer de tu sonrisa.
Publicado por Cabeza de Turco el lunes, marzo 18, 2013
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Etiquetas: Cabeza de Turco, Retrato 0 comentarios

La metamorfosis de una locura.


Exceso - Delirios

Samuráis desapareciendo tras nubes de sangre.

El colmo del colmillo que corrompió tu tobillo.
El sastre que remienda las noches de luna llena.
El viento que desmiento con el susurro de una castaña.

Cadáveres férreos, húmedos y cálidos témpanos de acero polar.

Hielo de fuego amarillo, de hierba escarlata y carne plomiza.
Brillante oscuridad, ciega y hambrienta, llaga de muerte.
Úlcera viviente, de pecho sin vientre y pelos revueltos.
Peinados tus huesos, de nada está hecha tu manada.
Patadas que se arrancan a sardanas.
Guiños de tuertos, niños muertos.
De guita enterrados, de miedo rellenos.
Panes de esperanza, sucia desvergüenza fugitiva.
Sobres corruptos, de vales astutos y madera de deriva.
De los naufragios que envuelven tus ojos, de las pecas fareras que rescataban mis versos.
Farándula farolera, tarántula sobre tacones de flamenco.
Estanques de vodka, secos y disecados; flores de esparto.
Sábanas de león, de noble terciopelo, de lloros que huelen a barro.
Sollozos de un cactus, de un sol con gripe que suda planetas.
Guitarras enmudecidas que derriban tormentas sordas.
Solitario átomo que descansaba en la quietud de tus ramas.
Sombra enmascarada que te protege del chaparrón nuclear.
Crisálidas de puto odio, de venenosa amargura que vuela, que surca los cielos sobre tu estela, sobre tu cama de rosas marchitas.

Encontrarme las armas de destrucción masiva en un cuerpo de apenas metro sesenta.

Arrancarte la lengua y beberme tus palabras.
Me desangro letra a letra sobre un papel.

Amores de barra.
Besos de garrafón.
Calentones refrigerados.
Caricias, de mancas, vacías.

Violarte en sueños.
Inmolarme contra la almohada.
Atarte a mis labios a punta de mirada.
Quemarme a lo bonzo entre tus sabanas.

Ninjas desapareciendo tras nubes de gas mostaza.
Publicado por Cabeza de Turco el lunes, marzo 04, 2013
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Etiquetas: Cabeza de Turco 1 comentarios
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