Sumido en mi silencio me encuentro, buscando cómo dar rienda suelta a lo que siento, pero es imposible porque ni yo mismo me doy cuenta de qué quiero. Cada día que pasa es más difícil cuando ves que todos consiguen lo que quieren o a quién quieren, pero aun así no decaigo, sigo buscando un resquicio por el que mirar, una luz a la que ir, un tren que coger… Y aunque siempre se apague esa luz, o se pierda ese tren, lo que nadie me puede quitar es la ilusión, ilusión por saber que sigo vivo, que sigo aquí buscando lo que quiero y yendo a por ello. Y muchas veces quiero estar sólo, pero sólo cuando notas que echas a alguien en falta te das cuenta de que la soledad está sobrevalorada. Miras al cielo y dices “Ojalá fuera esa estrella que brilla en soledad”… sin ver que alrededor hay millones más de ellas que te iluminan y que te hacen ver que no todo está perdido, que una batalla no decide una guerra y que la vida no es un problema que resolver… sino un misterio que vivir.
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De tanto aspirar acabamos consumiendo todo el aire de la sala.
ResponderEliminarTu busca, busca con las herramientas o las armas que mejor manejes y te darás cuenta de que por el camino has ido haciendo más cosas de las que creías.
Tu encuentra, encuentra un pueblo chico o una ciudad leviatán que te haga quedarte por un tiempo o para siempre.
La soledad, creo, no está sobrevalorada pero es una de las cosas más difíciles de manejar, la mía viene con las instucciones en sanscrito y sin teléfono de atención al cliente en el que puedan ayudarme a saber siquiera si se abre por arriba o por abajo. Aun así es hermosa...
Un saludo
http://phnomsroks.blogspot.com/
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