En el desesperado e insólito desierto de
mí,
apareció un frágil TÚ.
Un último jirón, descabellado y gris,
hincándome en la oscuridad una esbelta
cruz.
Ahumándome el interior desgastado,
el interior cobrizo,
que con ahínco
supera el negro vaciado,
el seno desesperado
que cobra tonalidad con cada giro de ti.
Gimiendo en mi cerebro
tus cabellos crípticos.
Divagando en, destructivos
y desesperantes, ataques
epilépticos.
Retumba mi sesera
Envuelta entre sueños vomitivos,
Con la palabra ya no hueca,
Con fugaces pensamientos fugitivos.
Te pienso asfixiado,
con el puño cerrado,
el parpado estrangulado.
Escribo junto al azar
el sinsentido deseado.
El sinsentido máximo.
Que lo pensado,
se pierda con cada turbulencia,
con cada turbulencia,
de tu presencia y de mi subconsciencia.
Que quede lo sentido.
Atrapado por lo que desconozco,
por lo llamativo de tu esencia.
Retorcido todo yo
deseando que se mantenga,
con magnetismo y desconocimiento,
que se mantenga.
De no ser así,
que se marche y no vuelva
abandone mi mente,
entre triunfos se pierda.
Una derretida esperanza de olvidar.
No tengo nada que declarar.
No hay motivo.
Solo quedo yo,
mi limpia conciencia al grabar,
al estas palabras grabar.
Estas palabras que
no ser leídas pretendo desear.
Que tras ellas, no existir
quiero esperar .
Nada que sentir,
pues todo está sentido.
No busco ninguna respuesta.
No hay nada preguntado
pues no hice pregunta.
Lo dicho flota con tu mirada,
lo escrito sin parar rueda.
La angustia apagóse
sosegado estoy ya.
Nada más que añadir.
Sin ser escuchado
cosas aun quiero decir
Opto por lanzar el dado
Al cobarde anonimato
Lanzado cuesta abajo
Y ni un tu, ni un yo,
ninguno quiere saber el resultado.
Aquí estoy,
rodando, colina abajo. Encarándome a un precipicio por el que ya salté.
Enfermó mi mente
que desprecia razón alguna. Escribiendo en la penumbra. Despellejarme,
calcinarme en este estado de insensatez extrema. No hay ganador. Nadie que pierda.
Y termino con una frase, con una frase abierta…
Solo podía alguien como tú escribir algo así. Abiertamente pero a la vez cerrado, reservado. Con mucho que decir y poco contado.
ResponderEliminarAún recuerdo cómo se me iluminaron los ojos al leer esto por primera y por segunda vez, a la tercera ya no era capaz de distinguir las letras, aparecían borrosas, casi difuminadas.
!Qué gran responsabilidad suponía ser la causante de ese título! Ese título que llegó por mensaje después de oír pero no escuchar una voz que daba lecciones sobre estadística o emociones, no recuerdo ya.
Ahora que lo vuelvo a releer creo que le sienta bien, valga mi modestia. Pero no solo al texto. Te sienta bien a ti, un poquito, a esa parte que quiere resguardarse dentro y solo sale de vez en cuando.
Me siento muy afortunada de ser una de las personas con las que tú palabra no siempre es silenciosa. Te quiero mucho, Ulick.