Revela el oscuro destino tu belleza
propia de la reina de las flores marchitas,
cual sometida luz sabiamente ocultada
entre fatuos fuegos de tu pura aspereza.
Ausente mi alma, en tu fragancia enquistada,
cancerosa vivencia perdida en tus espinas.
Ahora, implosionando mis obstruidos sentidos,
No quiebra la razón de este muerto suspiro,
Aún sintiendo tu palpito constantemente.
Siento la caída en la abismal indiferencia
por el abrupto sendero del polvoriento moho,
destellando grisáceo tu cuerpo desnudo
pendiendo el mio del hilo de la inconsciencia.
Impulsos de acero cubren mi deseo mudo.
Heridas sangrando en el cielo un perpetuo No.
Ahora brillando tu perfección onírica,
Noqueando y fundiendo mi estricta crítica,
Aún amando en la sumergida esfera blanca.
Fatídica muerte sobre estéril suicidio.
Rebosa mi querer y odiándote menos,
creciendo mi triste marea sobre tu coral.
Esperas ser mi nuevo y solemne principio.
Ahora tan solo quiero el poder mirar
recorriendo la hipnótica espiral de tus senos.
Ahora, implosionando mis obstruidos sentidos,
No quiebra la razón de este muerto suspiro,
Aún sintiendo tu palpito constantemente.
Fugaz crisálida
en sí criogénica
y carbonizada.
Cicatriz carbonizada.
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