Ya lo dijo aquel drogodependiente con
ansias de ser escuchado: "Tengo un lobo gris en el espíritu".
Sinceramente no me siento identificado
con dicha afirmación. De tener algún animal en el espíritu,
probablemente fuese algún tipo de pez abisal. Pero, realmente,
dudo tener espíritu.
Lo que quería reflejar con esa frase,
dudosamente bien escogida, es que dentro de todos nosotros hay "algo"
que no es lo que hemos decidido considerar como "nosotros".
Cuando digo "dentro" no sé
muy bien a qué me refiero exactamente. Bueno, en realidad sí, me
refiero a nuestra entidad, que no identidad, mental.
Algunos lo llamaron "inconsciente".
Esa parte de nosotros de la que no podemos tener, en un principio,
control.
Esa parte puramente irracional,
impulsiva, pura. Esa parte que de algún modo hemos conseguido
censurar desde bien pequeños.
Pero.. ¿No hemos dicho que no tenemos
control sobre esta parte de nosotros?¿Cómo censuras algo que no
puedes controlar?¿Cómo censuro algo que no controlo y encima sin
ser consciente de censurarlo?
Menudo calentamiento de cabeza, desde
luego.
Todo parece indicar que nuestro
inconsciente se censura a si mismo. Me atrevería a decir que en base
a lo que nos han enseñado que debe ser censurado y en base a lo que
hemos creído que debemos censurar.
¿Cuántas ves nos han dicho: "eso
no se hace", "no digas esas cosas", "no pienses
en eso"? ¿Cuántas veces nos hemos dicho: "eso no se
hace", "no digas esas cosas", "no pienses en
eso"?
Tantas que ya no tenemos que
decírnoslo.
Nuestro piloto automático, que sin
duda se encuentra en nuestro inconsciente, nos ahorra el esfuerzo.
Con toda seguridad no soy el único que
se ha privado en numerosas ocasiones de hacer algo que verdaderamente
deseaba hacer. Hasta el punto de convencerme a mí mismo de que en
realidad no deseaba hacerlo.
Parece que es un proceso costoso, pero
basta con que el piloto automático diga "no" para que lo
dejemos pasar, absolutamente convencidos de que más que un deseo era
una "locura".
Hemos decidido qué nos apetece hacer,
qué nos gusta, qué pensamos. Y lo hemos hecho tan insistentemente, que
nos lo hemos creído.
Hemos dejado a un lado apetencias que
han nacido en nuestra mente de manera espontánea, por el hecho de no
tener conocimiento de haber elegido tener esas apetencias.
En efecto. Estoy diciendo que nos
reprimimos. ¿Por qué? Me aventuraría a indicar que la mayoría de
las veces lo hacemos por el bien de nuestra identidad social. Por el
bien del puesto que nos hemos y/o nos han otorgado en este orden
social en el que hemos decidido vivir, sea cual sea este.
Hemos decidido no ser esa parte.
Cualquiera se atreve a ser algo sin saber qué es ese "algo".Lo
hemos decidido porque parece que es lo correcto, lo normal, lo
saludable.
Sin embargo, si hemos decidido no ser
nosotros plenamente, ¿qué somos?
Un producto. Un producto de nosotros
mismos. Nuestro autoconcepto ha sido tan moldeado por nosotros mismo
que asusta. Por nosotros mismos en gran medida. Por factores externos
en gran medida, también.
¿Es esto saludable?
Si consideramos saludable no tener
ningún enfrentamiento con nuestro entorno social, lo es.
¿Nos acerca a la felicidad?
Si consideramos que nuestra felicidad
está basada en lo bien que encajamos en nuestro entorno social, nos
acerca a ella.
Pero si no es así, es posible que
hayáis encontrado el quid de la cuestión.
No pretendo decir que no debamos
moldearnos en base a lo que queremos. Pretendo decir que debemos
estar seguros de qué queremos realmente de nosotros mismos. Pretendo
decir que debemos identificar que queremos realmente y que hemos
decidido que debemos querer.
No pretendo decir que una persona que
no se reprime en ningún aspecto sea más feliz que una persona que
si lo haga. Pretendo decir que si somos conscientes de reprimir
apetencias a lo largo del día, y somos conscientes de no ser muy
felices, quizás sea un buen punto de partida tener todo esto en
cuenta.
Si tienes un "lobo gris en el
espíritu" pero has decidido vivir entre ovejas, no esperes que
tu bienestar como lobo sea saciado. Y lo que es seguro es que
convertirse en oveja, no es nada fácil, y mucho menos si no es
realmente lo que quieres.
(Obviamente todo esto es muy
discutible, y al fin y al cabo es solo una reflexión propia llena de
grietas por las que ser atacada. Pero he considerado oportuno
exponerlo, y considero oportuno todo tipo de discusión sobre el
tema. Tenemos un bonito apartado de comentarios en el que podemos
comenzar una lucha a pedradas, dialéctica, por supuesto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario