·ALBERTO: Había pasado una chica. Era la primera vez que se fijaba en alguna. Sensación que duró hasta que vio aquel colgante. Sonrió y continuó. Dejó sobre la mesa las fotocopias y por primera vez en meses, abrió el tuenti. Le sonaba aquella cara del instituto. La buscó y la envió una petición de amistad. Alguien con quien hablar, pensó. Ya era hora de relacionarse. Pasaron varias horas y chatearon un rato. Ella parecía interesarse. Era muy cerrada, como él. Era muy cristiana; el no, pero le gustaba que tuviese alguna creencia. La frase que apareció en la pantalla le horrorizó y tras su contestación le invadió de nuevo el odio hacia los demás.
·LAURA: Sus padres la dejaron en casa de su amiga. Cambiose de modelito por uno más llamativo. Eran las doce. Normalmente las chicas como ella no entraban. Su maquillaje y escote se lo permitieron. La presentaron a un par de "noches locas". Uno la invitó a una bebida poco dulce. La llevaría al coche, pero antes una última copa. Con ella se acabó su percepción y su voluntad. Esto era nuevo. Ojalá el no lo notase, así fue. Era un ritual entre sus amistades. Ella ya era una más y el parecía disfrutar. Esa bebida evitó que doliese, pero a cambio llegó el coma. De su bolso sacó el movil. Papá ya está en la puerta. Una sonrisa y fin del castigo. De vuelta con sus "nikes" y subido un escalón social. Mañana sería un día importante.
·CARLOS: 7:34.AM. Estaba en una cama de hospital. Algo de un coma dijo el médico. Había avisado aquella chica. Ahora recordaba. Ya tenía algo que contar a la "peña". ¡Mierda! Los condones están cerrados. Con un poco de suerte se habría desmayado antes de correrse. En casa. Madre duerme, también había bebido. Ducha, plancha y camisa limpia. Cojió la llave del "Ford" y fue a comer algo al MC Donald's. Ahora tocaba ir al insti. No sabía que hacía allí, pero era eso o trabajar. Con un poco de suerte, acompañaría a alguna cría hasta su casa y de este modo se aseguraba plan para el próximo viernes. 2:20.PM.
·GABRIELA: Ya había recojido a su hermana. Estaba en su habitación, colgó el cristo de una percha. Tenía una petición de amistad. Era el "rarito". Habló un rato con él, era un soso. A ella le gustaba la conversación. Le estaba explicando su teoría religiosa. El chico no parecía muy católico. Nada que no se resolviese con un par de visitas a la iglesia. Parecían gustarse. Ella se lo preguntó. ¡Gay! Se puso enferma. Comparó su tendencia sexual con una enfermedad degenerativa. Cerró el tuenti y rezó un par de "avemarías". Buscó aquel libro de su madre. "Homosexualidad: depravación, enfermedad, pecado antinatura....". Otro enfermo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario